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que conserva unas intrincadas galerías de arte rupestre, consideradas Patrimonio de la Humanidad; o la Galería Nacional de Australia, en Camberra, que reúne la mayor colección de arte aborigen del mundo: pinturas de puntos realizadas con acuarelas, cerámica, grabados o esculturas. El término “entrar en contacto con la naturaleza” toma un signi cado especial en esta nación, en la que es posible conocer muy de cerca especies tan impactantes como los canguros, los koalas o los ornitorrincos; asistir al desove de las tortugas marinas o ver caminar sobre
la arena a los pingüinos. Hay numerosas empresas especializadas en la organización de actividades como la “Jaula de la muerte”, que permite acercarse a un cocodrilo marino o dar de comer a los de agua dulce.
Las cálidas aguas tropicales de la zona norte del país, y las más frías del sur, son las
causantes de los diferentes ecosistemas marinos que se dan cita en Australia. La mejor manera de descubrirlos es a través de las rutas realizadas en barcos especializados en sus avistamientos o inmersiones para sumergirse en sus aguas y nadar con las diferentes especies, sobre todo cuando hablamos del gran tesoro natural de Australia: su imponente barrera de coral, que se extiende a lo largo de más de 2.000 kilómetros frente a la costa de Queensland y en la viven miles de especies marinas tan especiales como los tiburones, las rayas, las delicadas tortugas marinas y, por supuesto, los corales.
1 El buceo en zonas como Christmas Island permite observar muy de cerca la vida del fondo oceánico. © Asociación de Turismo de Christmas Island.
2 Palm Beach, una de las impresionantes playas de Sidney. © Karen Gallagher.
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